jueves, 9 de febrero de 2012

CAPITAN PASTENE, CAPITAL DE LAS PASTAS EN LA ARAUCANIA



  Héctor Alarcón Carrasco


Don Primo, Rey del Proscciuto
La Trattoría
Definitivo: Quién no conoce Capitán Pastene, no conoce La Araucanía.



Ese pareciera ser el lema que cada semana lleva a una gran cantidad de turistas a nutrirse de las buenas pastas que preparan los descendientes de colonos de este pueblo tan apartado de la carretera central. Un camino difícil, aunque asfaltado, lleva a los viajantes desde Traiguén o Los Sauces hasta Lumaco. Luego, unos pocos kilómetros más adelante se encuentra este pueblo donde flamean airosas las dos tricolores: la italiana con su verde blanco y rojo y la nuestra, la tricolor de la enseña solitaria.

En sus calles se unen nombres de la más pura esencia italiana como Roma y Garibaldi, entrelazadas con las de Pedro Montt, primer Presidente que visitó tempranamente el poblado y la de otros personajes importantes de nuestra vida nacional. Un ruido de máquinas y movimiento de tierras, indican que el pueblo está adquiriendo mayor personalidad. La pavimentación de sus calles se está convirtiendo en una realidad, lo que dará un mejor aspecto a las huellas más que centenarias de algunas de sus vías apartadas del centro.

Los restaurantes de pastas no suman más de cuatro, pero indudablemente la “Trattoría de don Primo” es la que reúne mayor cantidad de comensales. Primo Cortessi fue el iniciador de esta idea de instalar un restaurante al más puro estilo italiano. Aquello aconteció para el centenario del poblado (2004), y como el mismo señala “no pensé que después de esa festividad el restaurante iba a continuar con la cantidad de público que hasta hoy concurre a nuestro local”.

Miles de Jamones
 Como buen descendiente de italianos, Don Primo tiene el don de la palabra y vaya que se expresa. Conoce al dedillo la historia de los primeros inmigrantes y la adorna con singulares expresiones en las que señala con hechos, dichos y gestos cómo los colonos superaron la dureza de la vida que vinieron a encontrar en este rincón de La Araucanía.

A su local han llegado Presidentes, Embajadores, ambientalistas, y una heterogénea cantidad de visitantes, tanto chilenos como extranjeros, quienes no dudan en declararlo el Rey del “Prosciutto fatto in casa” (jamón hecho en casa). Es que al salto de la calle está la bodega de su fábrica de proscciuto, un jamón especial, dice, trabajado en forma artesanal, con cerdos engordados con grano, nada de harinas de pescado ni otros elementos, que resultarían tóxicos para la buena madurez del jamón.

La sala de maduración alberga unos cinco mil jamones en distintas etapas, desde uno a cuatro años y permanece abierta todo el día, nadie cuida la entrada, la puerta está abierta, cualquier persona puede ingresar, para conocer in situ las distintas etapas por las que pasa el jamón. A un lado están los grandes cajones en que se realiza el salado antes de colocarlo a madurar. Dice que desde Italia trajo una receta infalible sobre las cantidades de sal, aunque él está tratando de rebajar el tiempo del jamón dentro de los saladeros para evitar problemas de salud.

Respecto del corte para su consumo, dice que cada torreja debe ser muy delgada, tanto que al tomarla entre dos dedos, la tajada, debe vibrar, debe flamear, al igual que la enseña de nuestros nonos cuando se mece al viento, señala.
Ahumadero
En su Trattoría se preparan una gran cantidad de platos y en el proceso trabajan no sólo los cocineros sino que muchos proveedores, encargados de confeccionar las especiales pastas que a la hora de almuerzo son la delicia de los comensales.

Don Primo es un personaje ocupado, otros negocios reclaman su presencia, al frente de su local queda su esposa, los comensales, aunque es día lunes, ya están copando las mesas y aunque el local es muy sencillo, una cava, fotografías de colonos y algunos personajes especiales, dan un toque familiar a su trattoría.

Ah, olvidaba decirles. Don Primo es un fervoroso adepto de San Genaro y para fidelidades e infidelidades tiene una receta especial. No obstante, para conocerla hay que hablar con él y vaya que es singular. 

Mabel Flores, emprendedora
Por las calles casi desiertas se ven algunos turistas, tomamos rumbo hacia el almacén Rosati, una casa que ha sido restaurada casi al detalle, tal cómo funcionaba en la segunda década del siglo XX . La familia Rosati fue la propietaria de este almacén y el molino, que hasta el día de hoy funciona como molino maquilero. A este lugar acuden los campesinos a moler su trigo para tener harina durante todo el año. Cuatro mil pesos vale la molienda de cien kilos de trigo y la harina se entrega sin aditivos (al contrario de lo que hacen los molinos más grandes), por lo que muchos prefieren moler en este lugar, tal como lo han hecho generaciones desde su instalación en 1916.

El almacén es una suerte de museo, en el que se vende jamón, en su presentación original o envasado y algunas mermeladas producidas en casa. Destacan en el lugar un par de instrumentos de viento que pertenecieron a la Banda del Fascio de los años 20, 30 y una réplica bastante lejana del recordado “Tren Chico”, que corrió entre Saboya y Pastene desde 1913 a 1980 y  el que muchos pasteninos sueñan recuperar para instalarlo en la plaza del pueblo.

La futura cafetería 
 Hay bastante movimiento en el almacén. Mabel Flores, su propietaria nos cuenta con mucho orgullo que al día siguiente inaugura una cafetería ubicada entre el almacén y el molino, lo que fue una antigua bodega y que hoy ha sido completamente refaccionada. Allí se podrá degustar la rica galletería italiana y algunas delicatessen cuyas recetas están desempolvando para que los parroquianos puedan conocer lo mejor de la pastelería traída desde su país por lo antiguos colonos del lugar.

La vieja casa de la familia Rosati, ubicada frente al almacén, también ha sido remodelada completamente y se haya convertida en el hotel “Pietra Santa”, que cuenta con restaurant, piscina y diez piezas para alojamiento.

Almacén y Molino Rosati

Es así como Capitán Pastene está buscando una salida a la falta de oportunidades. Personajes emprendedores buscan encontrar en el turismo una oportunidad de trabajo preservando sus raíces italianas y dando un nuevo empuje a este pueblo que también sueña con ser Comuna, algo todavía lejano, pero que con esfuerzo y paciencia esperan conseguir para acercar cada día más este alejado poblado a las primeras líneas del turismo regional.

 
  
                      
El viejo almacén Rosati
Pergamino molinero

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