Héctor Alarcón Carrasco
Don Primo, Rey del Proscciuto |
La Trattoría |
Definitivo: Quién no conoce Capitán Pastene, no conoce La
Araucanía.
Ese pareciera ser el lema que cada semana lleva a una gran cantidad de turistas a nutrirse de las buenas pastas que preparan los descendientes de colonos de este pueblo tan apartado de la carretera central. Un camino difícil, aunque asfaltado, lleva a los viajantes desde Traiguén o Los Sauces hasta Lumaco. Luego, unos pocos kilómetros más adelante se encuentra este pueblo donde flamean airosas las dos tricolores: la italiana con su verde blanco y rojo y la nuestra, la tricolor de la enseña solitaria.
Ese pareciera ser el lema que cada semana lleva a una gran cantidad de turistas a nutrirse de las buenas pastas que preparan los descendientes de colonos de este pueblo tan apartado de la carretera central. Un camino difícil, aunque asfaltado, lleva a los viajantes desde Traiguén o Los Sauces hasta Lumaco. Luego, unos pocos kilómetros más adelante se encuentra este pueblo donde flamean airosas las dos tricolores: la italiana con su verde blanco y rojo y la nuestra, la tricolor de la enseña solitaria.
En sus calles se unen nombres de la más pura esencia
italiana como Roma y Garibaldi, entrelazadas con las de Pedro Montt, primer
Presidente que visitó tempranamente el poblado y la de otros personajes
importantes de nuestra vida nacional. Un ruido de máquinas y movimiento de
tierras, indican que el pueblo está adquiriendo mayor personalidad. La
pavimentación de sus calles se está convirtiendo en una realidad, lo que dará
un mejor aspecto a las huellas más que centenarias de algunas de sus vías
apartadas del centro.
Los restaurantes de pastas no suman más de cuatro, pero indudablemente la “Trattoría de don Primo” es la que reúne mayor cantidad de comensales. Primo Cortessi fue el iniciador de esta idea de instalar un restaurante al más puro estilo italiano. Aquello aconteció para el centenario del poblado (2004), y como el mismo señala “no pensé que después de esa festividad el restaurante iba a continuar con la cantidad de público que hasta hoy concurre a nuestro local”.
Miles de Jamones |
A su local han llegado Presidentes, Embajadores,
ambientalistas, y una heterogénea cantidad de visitantes, tanto chilenos como
extranjeros, quienes no dudan en declararlo el Rey del “Prosciutto fatto in casa” (jamón hecho en casa). Es que al salto de
la calle está la bodega de su fábrica de proscciuto,
un jamón especial, dice, trabajado en forma artesanal, con cerdos engordados
con grano, nada de harinas de pescado ni otros elementos, que resultarían
tóxicos para la buena madurez del jamón.
La sala de maduración alberga unos cinco mil jamones en
distintas etapas, desde uno a cuatro años y permanece abierta todo el día,
nadie cuida la entrada, la puerta está abierta, cualquier persona puede
ingresar, para conocer in situ las distintas etapas por las que pasa el jamón.
A un lado están los grandes cajones en que se realiza el salado antes de
colocarlo a madurar. Dice que desde Italia trajo una receta infalible sobre las
cantidades de sal, aunque él está tratando de rebajar el tiempo del jamón
dentro de los saladeros para evitar problemas de salud.
Respecto del corte para su consumo, dice que cada torreja
debe ser muy delgada, tanto que al tomarla entre dos dedos, la tajada, debe
vibrar, debe flamear, al igual que la
enseña de nuestros nonos cuando se mece al viento, señala.
Ahumadero |
En su Trattoría se preparan una gran cantidad de platos y en
el proceso trabajan no sólo los cocineros sino que muchos proveedores,
encargados de confeccionar las especiales pastas que a la hora de almuerzo son
la delicia de los comensales.
Don Primo es un personaje ocupado, otros negocios reclaman
su presencia, al frente de su local queda su esposa, los comensales, aunque es
día lunes, ya están copando las mesas y aunque el local es muy sencillo, una
cava, fotografías de colonos y algunos personajes especiales, dan un toque
familiar a su trattoría.
Ah, olvidaba decirles. Don Primo es un fervoroso adepto de San Genaro y para fidelidades e infidelidades tiene una receta especial. No obstante, para conocerla hay que hablar con él y vaya que es singular.
Mabel Flores, emprendedora |
Por las calles casi desiertas se ven algunos turistas,
tomamos rumbo hacia el almacén Rosati, una casa que ha sido restaurada casi al
detalle, tal cómo funcionaba en la segunda década del siglo XX . La familia
Rosati fue la propietaria de este almacén y el molino, que hasta el día de hoy
funciona como molino maquilero. A este lugar acuden los campesinos a moler su
trigo para tener harina durante todo el año. Cuatro mil pesos vale la molienda
de cien kilos de trigo y la harina se entrega sin aditivos (al contrario de lo
que hacen los molinos más grandes), por lo que muchos prefieren moler en este
lugar, tal como lo han hecho generaciones desde su instalación en 1916.
El almacén es una suerte de museo, en el que se vende jamón,
en su presentación original o envasado y algunas mermeladas producidas en casa.
Destacan en el lugar un par de instrumentos de viento que pertenecieron a la Banda
del Fascio de los años 20, 30 y una réplica bastante lejana del recordado “Tren
Chico”, que corrió entre Saboya y Pastene desde 1913 a 1980 y el que muchos pasteninos sueñan recuperar
para instalarlo en la plaza del pueblo.
La futura cafetería |
La vieja casa de la familia Rosati, ubicada frente al
almacén, también ha sido remodelada completamente y se haya convertida en el
hotel “Pietra Santa”, que cuenta con restaurant, piscina y diez piezas para
alojamiento.
Almacén y Molino Rosati |
El viejo almacén Rosati |
Pergamino molinero |
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